jueves, julio 14, 2005

Remember los 80's

Desde hace unos días en la radio, TV y los diarios se han venido barajando nombres que en los 80’s fueron íconos de la cultura popular, curiosamente han vuelto a estar de moda por diversas situaciones.

Alfredo Ríos Galeana.
Asaltabancos, secuestrador, cantante de ranchero. Un personaje mítico del hampa mexicana, al nivel de Goyo Cárdenas, Gilberto Flores Alavez, o la mujer que secuestró al niño Fernando Bohigas Lomelí, la tamalera que hizo en tamales a su marido, etc. Que hizo? Pues asaltar bancos, violar bóvedas, gastar el dinero a manos llenas, reírse de la policía. Toda una joya para la nota roja en México. Bancazos que en su momento le significaron cientos de millones de (devaluadísimos) pesos mexicanos. Escaparse tres veces de las cárceles mexicanas, siendo la última de antología, un comando armado toma las instalaciones del juzgado en el Reclusorio Sur, con una granada de mano vuela los vidrios de la rejilla de prácticas y ocasiona un boquete que permite la salida de Ríos Galeana. Su lugarteniente “El Marino” escaparía meses después para acabar acribillado por la policía en 1992 en Los Reyes-La Paz (pegado a Neza).

20 años estuvo prófugo al cual la prensa sensacionalista como “La Prensa” “Alarma” lo encumbró como verdadero icono de la delincuencia y astucia. “El enemigo público número uno” nombre rimbombante que la prensa le adjudica a un tipo y que la misma policía lo alenta para justificar que este tipo de “enemigos” son difíciles de atrapar, buena pantalla para ocultar su ineficacia o su corrupción. Remedo del “most wanted list” que tienen en EU.



Quién capturó a Ríos Galeana? Uno de los mejores policías que ha tenido México, ah se me olvida que también de los mas sanguinarios, corruptos, torturadores, asesino, violador de cuanto derecho humano pueda tener una persona, lambiscón, prepotente. Todo eso era Francisco Sahagún Baca. Quién era este tipo?

En los 70’s se crearon distintas corporaciones policíacas que se dedicaron a perseguir políticos contrarios al régimen, la famosa “guerra sucia”, entre las corporaciones que integraban esta policía política estaba la tristemente célebre Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD). Originalmente este organismo contaba con 240 miembros y su número se elevó a 400 con la integración del Grupo Tigre de la DIPD.

Los principales jefes policíacos y militares de esta agrupación fueron Miguel Nazar Haro (actualmente bajo proceso judicial), Francisco Quirós Hermosillo (militar con procesos judiciales), Luis de la Barreda Moreno (fallecido, nunca pisó la cárcel), Roberto Reta Ochoa, Jesús Miyazawa Álvarez (junto con Carrilo Olea fue partícipe del terror de los secuestros en Morelos, por omisión), Javier García Paniagua (político del PRI), Fernando Gutiérrez Barrios (sin necesidad de presentación o si? Detuvo a Fidel Castro y al Che en México), Arturo Durazo Moreno (igualmente célebre), José Zorrilla Pérez (acusado de ser el autor de la muerte de Manuel Buendía, actualmente preso por eso) y (por supuesto) Francisco Sahagún Baca.

Sahagún fue el segundo de a bordo cuando Arturo Durazo estuvo al frente de la Policía y Tránsito del DF en el sexenio de López Portillo 1976-1982 (o López-Por-Pillo como dijera el buen Palillo). Durazo significa el punto mas álgido de la corrupción en México. En esa época los índices de delincuencia eran muy bajos, demasiado bajos, por la sencilla razón de que los que delinquían en esa época eran los mismos policías para poder tener listo en “entre” (mordida) para los jefes. Los delincuentes le tenían miedo a la policía, no porque los fueran a detener y poner a disposición de un juez, sino porque se iban a quedar con el botín, los iban a torturar para que les confesaran su modus operandi y así poder aplicarlo ellos, en el mejor de los casos los ponían a trabajar para ellos o en el peor, los ejecutaban. Recuerden la masacre del Río Tula.

Precisamente en estos días, el hijo de Durazo, el célebre Yoyo, lo acaban de detener por presunto despojo de un terreno propiedad del Gobierno del Distrito Federal, asegura que era de su papá “El Negro Durazo” y que ahora le pertenece. Claro, no dice que lo obtuvo por medio de corrupción, ahora duerme en el Reclusorio Sur.
Durazo llegó al grado de mandarse a construir una réplica del Partenón griego en Zihuatanejo, México.

En un época imaginó que su gran amigo de la infancia, el entonces Presidente de la República José López Portillo y Pacheco, le iba a heredar la presidencia. De niño, Durazo le hacía las tareas a López Portillo y se partía la madre por él. En la cúspide del poder, renegó de sus padres humildes, se creó un abuelo ficticio que fue General en la Revolución Méxicana 1910-1917 y llegó al grado de que el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal lo nombrara Doctor Honoris Causa a un wey que ni siquiera terminó la secundaria.

Por cierto, se hizo General de 5 estrellas por méritos, acto que aún hoy sigue siendo vergüenza del Ejército Mexicano.

Este es el Partenón.