martes, febrero 08, 2005

LES INCROYABLES ET FABULEUSES AVENTURES DU BLAGUEUR MAZATLECO DANS LE DF VOLUME 7

LAS INCREIBLES Y FABULOSAS AVENTURAS DEL SIMIO MAZATLECO EN EL DF PARTE 7

Un día el mono andaba de malas. No era raro, pero para esta ocasión tenía excusa. Ya tenía un buen rato sin “saciar sus instintos bestiales de reproducción”, o lo que es lo mismo, de no tener sexo.

Andaba como león enjaulado, de malas las 24 horas del día, irritable, nada lo consolaba, mentaba madres por cualquier cosa, gritaba, fumaba como chacuaco. Todos sufrimos su mal humor. Entró al chat con la firme idea de encontrar a una mujer con quién saciar sus instintos. La encontró, se llamaba, mmm, Lady. Esta niña era ing. de sistemas de no sé qué rayos empresa. En esa época no existían los quemadores de CD´s. El mono tenía la inquietud de comprar uno pero estaban muy caros. Esta niña tenía un quemador externo en su trabajo, prometió prestarlo para probar. El mono estaba muy contento, iba a tener sexo y de pilón le iban a prestar un quemador, creo que era de 2X. El primer quemador que compró fue de 4X.

En esas fechas mi primo se encontraba en el departamento 10-B 401. Como ambos tenían afición por el chat e internet había que “hacer espacio”. Mi primo llego a tener un cuaderno de 40 hojas lleno de direcciones, datos, señas de sus contactos en la red. Régis y yo nos sorprendimos de la cantidad de direcciones que tenía en el cuaderno. Ese mes llegaron 900 llamadas a internet.

El mono, muy solícito, le puso en mi recámara la PC, cigarros, caguamas, mesa, cd´s y hasta una bolsa de papas fritas a mi primo, con tal de que se encerrara y no diera lata en lo que el mono hacía su faena.

El mono conoce a Lady un día en la noche, al otro día en la tarde ya estaba ella apersonada en el departamento, mi primo quería ver a la niña, pero el mono no lo dejó, solo le permitió verla por atrás cuando entraban a la recámara. “Estaba bien nalgona, caderona y unas piernotassss” fue lo que comentaba.

El mono cuenta de que se la tiró luego luego, a lo que iba, no nos dio muchos detalles de la acción, solo el detalle principal que hizo esa tarde memorable.

-Oye, te quiero pedir una cosa, le dijo mientras se la estaba tirando.
-Si dime
-Es que tengo una perversión.
-Cuál es?
-Quiero echártelos en la cara. Me dejas?
-OK.


El mono era muy aficionado a los videos pornográficos que colocaban páginas en la red. Jenna Jameson era la reina, llegó a tener mas de 10 cd´s llenos de fotos, escogidas a detalle, dado a que refería tener “memoria fotográfica para las repetidas”, si encontraba en la red una foto que ya tenía repetida, revisaba la calidad de la misma y escogía la mejor. Tenía buena cantidad de pornografía, colocada en directorios SOFT, HARD, BLOWJOBS, etc. De ahí provenía esa perversión de echarlos en la cara. Casi todas las actrices porno lo hacen al final de su acto.

El mono muy contento se apresta a aventarlos a la cara, pero no contaba con que se había acumulado demasiado “material” debido al tiempo sin “chaka-chaka” y no calculó bien la fuerza de su necesidad. Cuando el mono terminó, el primer “cargamento” salió expedido con tal fuerza que llegó hasta la pared, brincando a la receptora, el segundo si llegó a la cara pero en tal fuerza y cantidad que no sólo le cubrió el rostro sino que hasta el cabello llegó.

El mono cuando vio esto le dio risa, pero se la contuvo. “Le cayó una plasta medio grande en el cabello” y cuando la niña se pasó la mano por la cara limpiando la gracia del mono, pasó también la mano por su cabello dejándolo embarrado de las porquerías del mono. “Parecía que se había embarrado un chingo de gel en el cabello, le quedó todo pegajoso y apestoso”.

Se levantó y se fue al baño a enjuagarse, mientras el mono satisfecho ya, se reía por la escena. Ella se despide y se va. Ese día el mono fue otro en la noche. Cantaba, reía, saludaba, estaba muy contento. Estaba saciado.

Al otro día temprano regresó la vieja. Como a eso de las 11 AM. El mono vio su coche estacionado afuera y no quiso salir. Dile que no estoy, me dijo. “Qué no entiende que nomás era una vex y ya?”. OK. Le abrí la puerta y la conocí. Era morena, con el cabello chino, esponjado, tipo Afro, como Rarotonga, no era fea ni guapa, normal, usaba lentes y se veía muy caliente. Eso si.

-Hola, buenos días, me dijo.
-Wenas.
-Puedo pasar? Vengo a ver a Gilberto
, mientras hizo el movimiento de querer entrar, a pesar de que le tapaba la puerta. Eso me encabronó.
-No no está, le dije cortante.
-Ayer lo vi aquí.
(y me los echó en la cara, no te dijo?, le faltó agregar).
-Aquí no vive, solo viene a ratos.
-No vive aquí? En serio? Pero me dijo que………
-Ya te dije que aquí no vive, aquí vivo yo.
-Bueno lo espero,
y volvió a intentar querer entrar. Más me castró.
-No, espéralo afuera, yo ya me voy.
-Pero ayer estuve aquí, es más ahí está el baño,
mientras señala hacia adentro a la izquierda.
-Cuando llegue Gilberto puedes entrar, no te conozco.
-No se estará escondiendo,?
dijo mientras se asomaba al depto.
-Me estás diciendo mentiroso?
-No, es que……


Le cerré la puerta.

El mono estaba realmente haciendo jetas, puesto que necesitaba ir al baño a orinar y no podía pasar puesto que si pasaba hacia el baño, Lady lo iba a ver y se caía todo el teatro. “La hubieras botado luego luego, casi me meo en el cuarto”. Última vez que te hago el paro, le dije, me puso de malas la pinche Rarotonga esa.

El mono ni se acordaba de ella después. Solo recordaba las nalgotas de la famosa Lady.

Solo sabemos que llamó una vex más y nunca más volvimos a saber de ella, ni nosotros ni el mono. Creo que ella entendió que todo duró solo una tarde donde le pusieron “gel” en el cabello. Siempre nos acordamos de esa anécdota y nos llena de asco el imaginar el pelo de la niña lleno de …… aggrhhhh.