viernes, febrero 11, 2005

Top TEN Pedas

Ya no?

N me invitó a ir a bailar. Iban a ir M, A, E, N y varios cuates más. El lugar estaba medio cucho pero no había de otra. Llegando al lugar pedimos botella y vigilamos la situación. Había un grupo de niñitas fresas lidereadas por una xorra que conocíamos. De inmediato atacamos. No es por nada pero M, A, y N son bien perros cuando de conseguir carne se trata.

Las trajimos a la mesa y las choreamos. En 30 minutos ya estaban todas convencidas de irse con nosotros a la casa de un amigo. La íbamos a seguir lejos de miradas escrutadoras.

Salimos del antro, ellas ya tenían bastantes bebidas entre pecho y espalda. La menor tenía 16 y la mayor 20. La amiga tenía 23, ya divorciada y con bastante carrera. Muchos ya habíamos probado de los elíxires de su cuerpo. R es su nombre.

El problema ocurrió cuando salimos del antro. En la puerta estaba T, primo de una de las niñas de 17. Inmediatamente al vernos supo lo que le iba a pasar a su prima. La llamó. Discutieron. Acto seguido ella regresa por las amigas y se las lleva a todas. Menos a R, la de 23. Qué poca madre de ese puñal. Al arrancar le aventamos una cerveza a su coche, le abollamos la puerta pero no se regresó el muy puñal.

-Mi amor, le dije a R, vas a tener que cumplir por tus amigas.
-Solo con una condición.
-Cuál?
-Llévame a Plaza Sensación y ahí me esperan, necesito 50 pesos
.

Plaza Sensación es un parque donde se reúnen prostitutas y maricones. Está rodeado de hoteles de paso y ahí venden drogas.

Al llegar a la Plaza, le di 200 pesos, se bajó y a los 10 minutos arrancamos de nuevo. Llegamos a casa del amigo, no estaba, de seguro se quedó en el antro, pero teníamos las llaves. No contábamos con que estuviera su hermano menor MA, de 14 años y un amigo. R bajó y entró a la casa seguida de todos.

A las tres horas, más o menos como a las 430 am, llego ET. Venía hasta la madre de pedo. Cómo supo que estábamos ahí? Quién sabe. Le dijimos que teníamos una sorpresita para él. La sorpresita le gustó porque andaba realmente urgido. Esa noche R se portó de las mil maravillas con todos. Hasta MA y su amiguito conocieron los placeres de la carne a temprana edad.

La recámara donde estaba R era la de los papás del dueño de la casa. Era de esas casas viejas, y como hace mucho calor en la casa, habían recortado una parte del techo, una especie de hueco para que circule el aire. Por ahí nos asomabámos para ver “la acción”. ET se acercó a R que estaba medio dormida, agotada por tanto trabajo.

Se bajó los pantalones, se los subió, fue al baño, se mojó la cara, encendió un cigarro. R seguía medio dormida. Todos arriba solo nos reíamos. Vimos que estaba decidido a tomar acción. Se sube a la cama, se baja los pantalones, le besa las piernas a R y le habla.

-Ándale, R, dame un beso, al mismo tiempo que estira la boca buscando los labios de R.

Ella le hace la cara a un lado y ET comienza a besar las piernas largas y delgadas de R. Arrastra a R hacia la orilla de la cama, sube las piernas de ella a sus hombros e intenta empezar a “trabajar”.

-No, espera, calma, dice R.
-Qué pasó chiquita?.
-Nada, es que ya no quiero.
-Ya no quieres?, dice ET con vox chillona.
-No.

Baja las piernas de ella, se sube los pantalones, voltea a verla y le vuelve a suplicar: “Enton´s no?”. No.

Ya no?

No.

Se sale y abre la puerta de la entrada de la casa y se va. Lo vi el lunes. Estaba realmente molido por la borrachera. Le dije: “Ento´s qué, ya no?”. No manches, a poco les contó R lo que pasó?. No, solo nos imaginamos.

R sigue soltera, jodida de tanta droga. Trabaja en una oficina de gobierno. Ya nunca volvimos a jalar con ella.


Así era la parte de la casa por donde veíamos, nos subimos en el mueble y por el espacio echamos ojo. Las X es donde pusimos la cabeza.