martes, abril 19, 2005

Existo, siento, deseo

Despierto.

Siento tu mano sobre la mía.

Me levanto de un solo movimiento, desterrando de mi todas las ideas frescas, antigüas, maniáticas, de la noche abrigadas por el sueño de mi mente febril de aventuras nocturnas.

Siento tu mano en mi espalda.

Asqueado hasta el máximo por tus dedos, el solo roce de tu piel me desgaja en partes que no se pueden unir, que no solamente son mías, son de lo que no debo ser.

Siento tu mano sobre mi ropa.

Qué no hay un solo momento en que pueda estar solo? Necesito algo más que tu compañía, necesito la existencia de mi alma plena sobre tu cabello para poder conjugar todos los verbos posibles que se alojen en tus labios.

Siento tu mano en el aire que respiro.

Es algo de lo que no puedo escapar.

Nunca imagines lo que no puedes crear.