martes, enero 25, 2005

Aclaración a este tema

El agregar una /s/ como marca de segunda persona en el pretérito indefinido es algo normal. El pretérito indefinido es un tiempo verbal del modo indicativo, expresa una acción anterior a aquella en la que se encuentra el hablante, cuya terminación ya se ha consumado. Un ejemplo muy común: el verbo decir.

Yo dije
Tú dijiste
Él dijo
Nosotros dijimos
Vosotros dijisteis
Ellos dijeron

Pero, por analogía con el resto de los tiempos verbales (dices, decías, dirás..), a la segunda persona (tú) se le añade como vulgarismo una s final.

La s de la segunda persona del pretérito indefinido se usa en España desde el siglo XVI, si bien siempre ha sido considerada un vulgarismo. Aunque la razón es obviamente la regularización con las demás formas de "tu", la causa fue el ajuste de las formas de segunda persona del plural que estaba ocurriendo en ese siglo. Así que se puede decir que es un vulgarismo, y también que es propio de dialectos mesoamericanos, pero no solo de ellos, hay que tener en cuenta que es muy antiguo.

Se confirma la hipótesis de Geoff sobre la "antigüedad" de este vulgarismo, que "ha prevalecido dentro de todas las modalidades del judeo-español". En la morfología del judezmo actual constituye precisamente un rasgo destacado esta "generalización de las desinencias de la segunda persona en -tes: topates, parates, dates, izites, en singular", por analogía con la segunda persona del plural.

Esta tendencia a reducir irregularidades paradigmáticas es frecuentemente señalada por R. LAPESA en el capítulo El habla vulgar y rústica, donde indica que "como la s es la desinencia característica de la persona tu (haces, hacías, harás, hicieras), se contagia al perfecto (hicistes, dijistes)".

EJEMPLOS
Miguel de Cervantes Saavedra
La señora Cornelia
—Así es la verdad —respondió don Juan—; y vos, señora, cerrastes la puerta luego, y me dijistes que la pusiese en cobro y diese luego la vuelta

El Quijote. Capítulo XIV. Donde se prosigue la aventura del Caballero del Bosque
—Pues, en tanto que subimos a caballo —dijo don Quijote—, bien podéis decirme si soy yo aquel don Quijote que dijistes haber vencido.

La casa de los celos
[CLORI]:
Derramastes el agua, la niña,
y no dijistes: "¡Agua va!"
La justicia os prenderá

¿No tienes enemigos? ¿Es que jamás dijistes la verdad o jamás amaste la justicia?.
Santiago Ramón y Cajal