lunes, enero 03, 2005

LES INCROYABLES ET FABULEUSES AVENTURES DU BLAGUEUR MAZATLECO DANS LE DF VOLUME 3

LAS INCREIBLES Y FABULOSAS AVENTURAS DEL SIMIO MAZATLECO EN EL DF PARTE 3

SEXO PUDOR Y LAGRIMAS

El mono tenía un terrible tormento y eso lo hacía sufrir. No le era posible tener una relación sentimental con una persona, mmm, digamos, “normal”. Digo normal, porque todas sus relaciones las obtuvo por medio del chat. Por internet. Menos Gabriela, pero todas provenían de la red, del chat y del MSN.

Karina fue de las primeras víctimas. Es una niña que conoce del chat y realmente estaba fea la desgraciada, lo único bueno que tenía eran “las tetotas que le colgaban y las pinches caderotas” (mono dixit). Morena, de 1.70, ojos cafés y saltones, boca muy grande, abogada, trabajaba en Relaciones Exteriores. Fueron novios por teléfono mucho tiempo y solo se veían para “satisfacer los instintos bestiales de reproducción” (mono dixit) del mono. Ella trabajaba y el mono no. Vivía en Coacalco.

Un día el mono me invita a una fiesta a la que ella lo había invitado, estaba cerca del departamento 10-B 401, como a 10 minutos, recuerdo bien que era un viernes, yo no quería ir, pero el mono estaba ya al borde de encabronarse conmigo en serio porque no lo acompañaba. No quería ir solo, la fiesta la organizaban compañeros de la generación de ella. Total, llegamos a la fiesta, y era un departamento de infonavit vacío, solo una mesa, una grabadora y un chingo de cabrones y viejas desconocidos para nosotros.

Para no aburrirnos, ella nos acerca un pomo de vodka y felices el mono y yo, empezamos a chupar los dos en lo que la niña esta disfrutaba su fiesta. Pinche fiesta mas aguada. Ya cerca de las 11 de la noche, medio pedones, nos disponíamos a retirarnos, pero ella nos pidió que la siguiéramos en su casa. Hasta allá?. No manches, está re´lejos, protestamos. No traemos coche. Vámonos en un taxi, yo lo pago, dijo ella. Vamos? Dijo el mono. Ok, dije, ya sabía que si volvía a decir NO, iba a ser otra discusión. No quería ir pero fui.

Tomamos un taxi de El Rosario hasta Coacalco. 80 pesos (8 dlls), pero por ser el Estado de México, era lo doble. 160 pesos. Queeee??? dijo el mono. Ella pagó como 120 y el mono apoquinó lo demás.

- Pero una cosa, dijo ella, no pueden pasar a la casa.
- Porqué?
- Porque creo que está mi hermano, miren, espérenme aquí en la esquina, y me llaman en 15 minutos y les digo si pueden pasar.
- No manches, le dije al mono, por algo te dije que no quería venir.
- Pues aguanta, solo los 15 min, no?
- Ok, le dije al mono.


La realidad es que me daba miedo andar tan lejos del depto sin saber dónde rayos andaba exactamente. En camión era como una hora y 20 minutos al Rosario. Total que esperamos, 15 minutos, 20, 30 minutos y la vieja no daba señales de vida. Le llamamos. Nada. No sabíamos donde era la casa exactamente. A los 45 minutos le volvimos a llamar. Nada. El mono andaba ya desesperado, y más con mis quejas de irnos al depto ya. Ya medio pedo gritaba, mentaba madres, “hija de puta” repetía en la calle. Nunca he sabido si gozaba sufriendo esos pinches corajes.

En eso pasa por la calle M. Una compañera mía de la Universidad. Qué haces aquí? Ya ves. Todo esto mientras el mono mentaba madres como loco, me dio mucha pena con la mamá de M. Ella comprendió y se retiró. Karina contestó la última llamada. Dijo que la esperáramos en la esquina, su hermano había ido a la casa y ya no estaba, podíamos entrar.

Entramos en su casa, una casa de una familia de clase media. Su papá trabajaba en Gobernación (Ministerio del Interior en otros países). En la fiesta de sus XV años, Los Tigres del Norte amenizaron la fiesta. Toda la casa estaba tapizada de esas pinches fotos.

Entramos a una recámara a chupar, realmente estaba hasta la madre de aburrido. No recuerdo porqué salimos a la calle, ahí en un parque cercano la empezó a jalonear, se gritaron madre y media, se pegaron, jajaja, miles de cosas, regresamos a la casa y seguimos chupando. Tenía una recámara forrada de corcho, para qué? No sé. Me dormí en la recámara de sus papás. Me eché unos pedotes bien apestosos a causa del vodka barato de la fiesta, me dormí con todo y zapatos. A eso de las 10 am del sábado, me levanté y fui a despertar al mono. Vámonos, le dije. No, vete tú. Ah, que la chingada. No tengo dinero. Me da un billete de 50 pesos, lo tomo y me voy.

El lunes temprano que regresé del fin de semana, me cuenta lo que pasó. No sólo se quedó todo el sábado, sino hasta el domingo. A eso del mediodía del domingo, oyen ruidos, y en menos de lo que se imaginan, abre la puerta de su recámara de soltero el hermano que la noche del viernes había estado en la casa y por el cual no pudimos entrar luego luego. Durmieron en la recámara del hermano.

- Qué es esto? dijo el hermano cuando vio en su cama al mono y a Karina totalmente desnudos.
- Salte ¡¡ le dice ella.
- Puta, zorra, para esto quieres la casa? Le voy a decir a mi papá la clase de puta que tiene como hija.


El mono trata de intervenir en la discusión pero el hermano le responde:

- Mira mano, tú no tienes la culpa de nada, toda la culpa la tiene esta pinche vieja por puta¡¡¡¡¡

Jajaja, ahora resulta que el hermano estaba del lado del mono, jajaja, sólo faltó que el mono se le uniera al hermano para madrearse a la pobre de Karina. Total que el mono regresó sano y salvo al depto el domingo en la tarde. Como es costumbre el mono se pelea con Karina, nunca supimos porqué y el mono saca a relucir el arma que siempre usaba en esas ocasiones para desquitarse.

Le llamaba a la mamá de la novia en turno y le contaba todo lo que habían hecho (TODO). Iniciaba con la famosa frase mítica: Señora hay algo que usted no sabe y debe de enterarse.

A la mamá de Karina le contó acerca de su relación, que se la tiraba casi siempre que se veían, que había tenido ya 4 abortos producto de weyes que ni su nombre recordaba, de que era una puta, que le había dicho que la mamá la quería abortar en cuanto se enteró que estaba embarazada, que no la quería, etc.

- Señora, se acuerda de ese viaje de fin de semana a Miami?
- Si joven, porqué?
- Pues no hubo tal viaje, no salió del país, ese fin de semana se quedó en el DF, en mi departamento.
- Ay joven, si viera que su papá se ha cansado de pedirle los boletos de avión y nunca se los ha querido mostrar.
- Pues no hubo tal viaje señora, se lo digo para que vea de lo que es capaz su hija.


Siempre nos sorprendió la manera en que las mamás le hacían caso, porque no platicaban por 5 minutos, no, con la mamá de Karina platicó cerca de 2 horas. Nunca hemos comprendido como podían estar escuchando tantas pendejadas del mono. Le contaba todos los detalles. Karina y a Zonia les hizo lo mismo.

La noche que le llamó a la mamá para contarle todo y llegamos al depto los que vivíamos ahí, vimos al mono ya pedo, muy pedo y con ojos hinchados de tanto llorar. Seguimos la peda con cervezas. En esas fechas iba a la casa la colombiana y nos invitó en la noche a un antro. Fuimos el mono, yo, mi primo y la colombiana. Al metro nos fuimos en taxi y corriendo tomamos el último tren. Fuimos a La Altura. Famoso antro porque ahí se filmaron escenas de cierta telenovela, estaba en la azotea de un viejo edificio que se subía por un elevador de acero. En ese elevador se rompió mi chamarra cuando iba abrazando al mono a la salida, ya bien pedos.

Ahí llegando pedimos mesa, solo había en la parte de arriba y para acceder debíamos pedir una botella. Mi primo pidió un pomo de Don Julio, nada más 900 pesos (90 dlls). Cuando el mono escuchó el precio casi se infarta. Queeeeeeeeeé??????

Bailamos, mientras el mono chupaba como cosaco. En un momento dado, cuando se levantaba, con sus patotas lanzaba hacia atrás el minúsculo banquito en el que estaba sentado, lo que ocasionaba problemas con los cuates de las mesas vecinas, esto derivó en que guardias de seguridad estuvieran detrás del mono cuidándolo cada vez que se levantaba para detener el banquito que siempre salía volando.

En una de esas, mi primo, muy diligente y sin malicia alguna, le retira el banquito cuando el mono se levantó para evitar que golpeara a la mesa de atrás, cuando de repente el mono se vuelve a sentar, solo amagó con levantarse y mi primo no pudo volver a colocarle el banquito. El mono azotó como saco de papas en el suelo, yéndose hacia la mesa de atrás tirando varias cubas de la mesa. Los tipos muy buena onda todavía me ayudaron a levantarlo. Realmente me reí hasta llorar.

El clímax llegó cuando tocaron la canción “Sexo, Pudor y Lágrimas” de Aleks Sintek. En esa época estaba de moda la película de Serrano. Al escuchar el estribillo inicial, el mono rompió en llanto. Esa canción era LA CANCION del mono y Karina. Mi primo después me comentó que nunca había visto llorar a un hombre así como vio al mono esa noche. Unos pinches lagrimones que le salían, le corrían por su carita, me dijo. Creo que yo también nunca he visto llorar así a un hombre. Lloró un buen tiempo, esa noche se desahogó. La colombiana no atinaba con lo que pasaba, recuerdo que le dije, cállate y no hables, no ves que está llorando?. Al parecer le remordió la conciencia lo que hizo con Karina.

Desde ese día cada vez que escuchamos la canción, nos acordamos de esas lágrimas del mono. Cuando me quedé en casa de Karina se quedó allá una pluma de oro que olvidé en la mesa. Nunca me la devolvió y eso que se la pedí varias veces.

Qué pasó con Karina? Pues que su mamá la corrió de su casa. Efectivamente, nunca la quiso, la llamada del mono solo fue el pretexto para correrla. Ella me lo dijo una vez. Cuando se entregaron sus cosas, una chamarra, un sweter, ella apareció con un fulano al que mandó a la chingada el mono con sus gritos, supuestamente era “el novio” pero corrió en cuanto el mono se la hizo de pedo, era un pendejo que se ofreció a acompañarla. Para que se le bajara el coraje al mono, se fue caminando desde Tlatelolco hasta el depto (Rosario), mas o menos caminó desde las 500 pm hasta las 730 pm en que llegó al depto. Llegó con los pies hinchados. El recorrido en auto es de aprox. 25 min. Han de ser como 10 km.

El mono le llamaba miles de veces al día, las secretarias, encantadas de la vida, jugaban con él. Llegó al grado de hablarle a su madre para que ella le hablara a Karina y que le dijera que su hijo (el mono) estaba en el hospital porque se había intentado suicidar. El simio quería que Karina sufriera. Ella ni se inmutaba.

No volvimos a saber nada mas de ella. Mejor. Lo único que siguió extrañando el mono eran las tetotas de la Karina.